$5,92M veredicto concedido a la víctima de un accidente en un caso de airbag defectuoso

Un hombre de 83 años recibió un veredicto de $5,92 millones de dólares de un jurado del condado de Lackawanna tras sufrir parálisis de las extremidades inferiores y una hernia discal masiva cuando el airbag del conductor de su Mercury Sable no se desplegó al ser golpeado su coche por otro vehículo en agosto de 2010.

La víctima, John Cancelleri, conducía su Mercury hacia el sur por la ruta 307 en Spring Brook Township, Pensilvania, el 20 de agosto de 2010, cuando su el coche fue golpeado de frente por un Ford Mustang cuyo conductor intentaba girar a la izquierda, según un artículo publicado el 23 de septiembre en The Legal Intelligencer.

Cancelleri "se sometió a una descompresión anterior de la médula espinal, con enfriamiento espinal, y a una fusión cervical", en un hospital tras el accidente, y luego estuvo en rehabilitación hasta el 23 de diciembre de 2010.

El demandante demandó a Ford Motor Co. y a Ray Price Motors Inc., el concesionario donde llevaba a cabo el mantenimiento periódico de su vehículo, "alegando responsabilidad objetiva por el producto en relación con la resistencia al choque y el diseño defectuoso", informó la noticia. Los demandantes "alegaron que el sensor de colisión y el módulo de control de retención del vehículo funcionaban mal y estaban defectuosamente diseñados".

La demanda señalaba que el airbag lateral del pasajero del Mercury de Cancelleri sí se desplegó en el accidente, a pesar de que no había nadie sentado en el asiento del acompañante, informaba el artículo. El fallo del airbag del conductor y el despliegue real del airbag del pasajero "indicaban además un defecto, ya que el vehículo estaba equipado con un dispositivo que determina si un asiento está ocupado", acusaban los demandantes, según el artículo.

La nota del demandante decía que "el demandado Ford no tiene una explicación lógica para el despliegue del airbag de impacto frontal del pasajero", informaba la noticia.

"El ingeniero experto en airbag de Cancelleri, Chris Caruso, opinó en el memorándum previo al juicio que el airbag frontal debería haberse desplegado, y que el sensor de choque debe montarse en la zona de aplastamiento para garantizar la activación oportuna del sistema de seguridad", informó la historia. "Los sistemas de retención del Sable dependían de un único sensor satélite de pruebas de colisión frontal para desplegarse, y Ford debería haber montado el sensor de colisión en una estructura de aplastamiento para garantizar el correcto despliegue del airbag, opinó según la nota. Dijo además, según la nota, que el sensor no estaba montado en la posición adecuada y que el fallo de despliegue se debía al diseño del sistema."

La falta de despliegue del airbag "permitió a Cancelleri golpearse la cabeza con el volante o con el pilar A del vehículo", informaba la historia. "La nota de Cancelleri decía que un experto contratado por Ford admitió que Cancelleri no habría podido golpearse la cabeza de esa manera si se hubiera desplegado el airbag".

El estado de salud de Cancelleri tras el accidente empeoró en septiembre de 2011, cuando volvió a ingresar en el hospital debido a múltiples infecciones del tracto urinario, episodios de caídas, fuertes dolores en el cuello y nuevos daños en la médula espinal, informaba el reportaje.

Las lesiones sufridas en el accidente provocaron otros problemas de salud relacionados, como intestino y vejiga neurógenos, la aparición de diabetes debido al tratamiento, neumonía y una grave úlcera en el coxis de Cancelleri, informaba el reportaje.

Tras escuchar los testimonios, el jurado falló a favor de los demandantes, al considerar que "el airbag estaba defectuosamente diseñado, que existía un diseño alternativo más seguro y que el defecto causó las lesiones".

Cancelleri y su esposa fueron indemnizados con $120.707 en concepto de gastos médicos pasados, $1,3 millones en concepto de gastos médicos futuros, $1,2 millones en concepto de daños morales pasados, $1,8 millones en concepto de daños morales futuros, $600.000 en concepto de pérdida de consorcio pasada y $900.000 en concepto de pérdida de consorcio futura.

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